Educación Sexual Integral, la gran ausente por la injerencia religiosa en Bolivia
- Red Actora
- 19 oct
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Actualizado: 27 oct
Luis Fernando Cantoral |

La falta de educación sexual integral (ESI) en Bolivia sigue siendo una deuda pendiente del Estado, y una de las principales razones detrás de este vacío es la injerencia religiosa en la toma de decisiones públicas. Así lo advirtió Malena Morales, directora de Ipas Bolivia, durante un taller de capacitación organizado por la red de periodistas RedActora, donde analizó las debilidades estructurales que frenan el avance de los derechos sexuales y reproductivos en el país.
Morales comenzó destacando una paradoja que refleja las contradicciones del sistema boliviano: “Tenemos un marco normativo espectacular, con una Constitución que reconoce los derechos sexuales y reproductivos en su artículo 66, pero las políticas públicas se quedan en el papel”.
Según explicó, el país ha construido un entramado legal progresista, pero la falta de implementación convierte ese avance en una promesa vacía.
Una de las principales trabas identificadas por la especialista es la ausencia de presupuesto destinado a materializar las políticas públicas en salud sexual y reproductiva.
“El problema no es solo normativo, es económico. Las leyes y planes se aprueban, pero sin recursos asignados. Así, las políticas quedan en blanco y negro”, subrayó. Morales insistió en que el Estado tiene la obligación de garantizar la implementación efectiva de estos derechos.
Otro obstáculo clave, apuntó, es la falta de voluntad política. A su juicio, muchos de los avances en materia de derechos sexuales y reproductivos se estancan por decisiones políticas que priorizan intereses conservadores sobre los compromisos con los derechos humanos.
“Cuando no hay convicción desde el Estado, los derechos se vuelven selectivos, se aplican según quién gobierna o quién presiona más”, añadió.
Morales hizo especial énfasis en la injerencia religiosa, que considera uno de los factores más determinantes en el retroceso del país en temas de educación sexual y salud reproductiva.
“Aunque la Constitución establece que Bolivia es un Estado laico, la religión se sigue inmiscuyendo en la toma de decisiones públicas. Eso no debería ocurrir. Las creencias personales no pueden definir políticas estatales”, recalcó.
La consecuencia más visible de esa injerencia, afirmó, es la ausencia de educación sexual integral en el sistema educativo. Para Morales, la resistencia de sectores religiosos ha impedido que se implemente un enfoque de educación que prevenga embarazos adolescentes, infecciones de transmisión sexual y violencia sexual.
“La educación sexual no promueve la sexualidad temprana; al contrario, brinda herramientas para tomar decisiones informadas y responsables”, explicó.
La directora de Ipas remarcó que el Estado debe garantizar políticas públicas con enfoque de derechos y perspectiva de género, no dictadas por dogmas. “Una educación sexual integral es una necesidad para construir una sociedad más justa, informada y libre de violencia”, concluyó Morales.





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