Estudio revela brecha entre discurso y práctica: hombres delegan decisiones reproductivas pese a retórica igualitaria
- Red Actora
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Luis Fernando Cantoral |

Un estudio cualitativo y cuantitativo realizado en ocho ciudades de Bolivia evidencia una contradicción fundamental en la actitud de los hombres hacia los derechos sexuales y reproductivos (DSDR): mientras sus discursos públicos abrazan la igualdad y la corresponsabilidad, en la práctica privada prevalecen dinámicas tradicionales que delegan la mayor parte de las decisiones y responsabilidades en las mujeres. La investigación, titulada "Discursos masculinos, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos", analiza las percepciones de hombres jóvenes y adultos en urbes como La Paz, El Alto, Potosí, Sucre y Tarija, entre otras.
El informe destaca que, en teoría, existe un reconocimiento casi unánime entre los hombres encuestados de que la anticoncepción es una responsabilidad compartida. Sin embargo, este discurso de corresponsabilidad choca con la realidad. El estudio identifica una tendencia a delegar activamente las decisiones en la pareja mujer, justificada en que las consecuencias de un embarazo no deseado recaen principalmente sobre ella, y en que existe una gama más amplia de métodos anticonceptivos femeninos disponibles.
En el ámbito específico de la anticoncepción, si bien el 95,67% de los hombres considera importante su uso, la responsabilidad activa varía según el tipo de relación. En encuentros casuales, predomina el uso del condón (77,88%), pero en relaciones consolidadas, la planificación familiar se delega frecuentemente a la mujer. Métodos poco seguros, como el calendario o el coito interrumpido, aún son practicados, y la vasectomía es ampliamente rechazada por temores infundados y la percepción de que vulnera el cuerpo masculino.
Esta delegación se extiende al plano de la paternidad. La decisión de tener hijos está condicionada, en muchos casos, por el deseo de la mujer de ser madre, y los hombres suelen percibir que el control último sobre el cuerpo y, por ende, sobre la reproducción, es femenino. El rol del padre, según el estudio, continúa anclado en el modelo patriarcal, resumiéndose principalmente a la provisión económica y el ejercicio de una figura de autoridad dentro del hogar.
Uno de los temas más espinosos es el aborto. Aunque el 75% de los hombres opina que la decisión de interrumpir un embarazo debe tomarse en pareja, la mayoría acepta que la palabra final es de la mujer. Desde una perspectiva moral, el aborto es visto predominantemente como algo negativo, un "crimen" o un "pecado". Su aceptación se limita mayoritariamente a las causales legales, como violación o riesgo para la vida de la madre, mientras que razones socioeconómicas son cuestionadas y asociadas al "libertinaje".
La investigación también explora la vinculación entre masculinidad y violencia sexual. Se identifican importantes lagunas conceptuales, donde prácticas como el acoso callejero o las relaciones sexuales no consentidas no son plenamente reconocidas como violencia. Un 14,42% de los encuestados admitió haber tenido relaciones sin consentimiento, y un factor recurrente que mediatiza el consentimiento es el consumo de alcohol, reportado en más del 60% de las experiencias sexuales.
El texto subraya una percepción de desprotección entre algunos hombres adultos, quienes sienten que el avance en los derechos de las mujeres ha ido en detrimento de los suyos propios. Esta visión refleja la tensión entre un discurso formal de igualdad y la resistencia a ceder privilegios dentro de un sistema patriarcal aún vigente.
En conclusión, el estudio "Discursos masculinos, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos" pinta un panorama complejo donde los avances en el plano discursivo no se traducen en cambios conductuales profundos. La persistente delegación de las decisiones reproductivas a las mujeres y la adherencia a estereotipos de género revelan que la corresponsabilidad real en Bolivia sigue siendo una asignatura pendiente.

